El Pino Negral del Alto Tajo: El Gran Tesoro Olvidado

El Alto Tajo alberga la mayor área en España de pino negral autóctono y espontáneo. Un patrimonio natural único que merece ser conocido y valorado, pero que durante décadas ha sido víctima de confusiones, sustituciones y repoblaciones erróneas.

El verdadero pino de montaña ibérico

El pino negral (Pinus nigra subsp. salzmanii) es el auténtico pino de media montaña de la Península Ibérica, reconocible por su característica corteza plateada.

Erróneamente se le ha llamado “laricio”, un nombre que corresponde a otra subespecie que no existe en España.

Hábitat natural:

  • Vive en la mitad oriental de la Península
  • Altitud óptima: 900-1400 m
  • Clima mediterráneo de montaña

La gran sustitución

En muchos lugares, como la Serranía de Cuenca, el pino negral fue sustituido por pino silvestre (Pinus sylvestris) por motivos económicos —esta especie es más rentable—. Sin embargo, hay un problema:

El pino silvestre es espontáneo en la Ibérica solo por encima de 1500 msnm, y cuando aparece de forma natural, siempre va acompañado de enebros (Juniperus communis).

El cortejo vegetal: la clave del bosque

Un principio fundamental de la ecología forestal que a menudo se olvida:

No es el árbol quien determina la clímax del bosque, sino su cortejo —el conjunto de especies acompañantes que lo rodean.

Estas especies acompañantes perviven incluso cuando el árbol original desaparece, sirviendo de indicador del bosque potencial del lugar.

Especies indicadoras del pino negral

Cuando encuentres estas especies, estarás en territorio original del pino negral:

  • Boj (Buxus sempervirens)
  • Quejigo (Quercus faginea)
  • Erizón (Echinospartum horridum)
  • Violetas (diversas especies)
  • Potentillas rastreras
  • Espliegos (Lavandula spp.)

En los riscos y roquedos domina la sabina negra (Juniperus phoenicea), como se puede apreciar en los miradores del Alto Tajo.

La prueba del crimen forestal

Cuando alguna de estas especies acompaña al pino rojo o silvestre en altitudes inferiores a 1500 m, es señal inequívoca de que este, por mano e interés humano, ocupó el área original que naturalmente correspondía al pino negral.

El error de las repoblaciones

Con la mejor intención, pero erróneamente, grandes superficies de la Península fueron repobladas con la subespecie nigra (de Italia y Austria) en zonas que eran área natural de la forma ibérica:

  • Sur del Pirineo
  • Cordillera Cantábrica
  • Sistema Ibérico

Todas ellas con clima mediterráneo de montaña, el hábitat perfecto para salzmanii.

¿Por qué fracasó el pino de Austria?

En muy pocos lugares el pino de Austria (P. nigra subsp. nigra) ha crecido bien aquí:

  • Necesita veranos lluviosos (que no tenemos)
  • Es el pino más sensible a la procesionaria
  • Sus copas oscuras delatan su sufrimiento

Cómo reconocerlo de joven:

  • Formas geométricas muy marcadas
  • Pisos muy definidos “como percheros”
  • Color oscuro (tanto o más que el pino resinero)
  • Aspecto triste y ralo

La belleza del pino negral ibérico

En contraste con el foráneo, la subespecie ibérica (salzmanii) es una belleza natural:

Color: Verde algo brillante, más claro que el pino resinero (P. pinaster), de aspecto alegre y luminoso

De joven: Crece con más naturalidad, sin esa rigidez geométrica del austriaco

De adulto: Aquí se revela su verdadera majestuosidad:

  • Es el más longevo de nuestros pinos
  • Desarrolla formas particulares poco simétricas
  • Su silueta recuerda a los grabados de pinos japoneses y chinos
  • Cada ejemplar adquiere personalidad propia

Reflexión final

El Alto Tajo conserva un tesoro que tardó siglos en formarse: la mayor masa de pino negral auténtico de España. Mientras que en otros lugares este pino fue sustituido por especies más rentables o repoblado con subespecies inadecuadas, aquí permanece como testimonio de lo que fueron los bosques originales de media montaña mediterránea.

Aprender a reconocerlo, valorarlo y protegerlo no es solo una cuestión de conservación botánica: es recuperar la memoria del paisaje ibérico.


La próxima vez que visites el Alto Tajo o la Serranía de Cuenca, observa el color de los pinos, su forma, las plantas que crecen a sus pies. El bosque te está contando su historia: solo hay que aprender a escucharla.

Añadir un comentario

Su dirección de correo electrónico no se publicará.